LÓGICA-LÚDICA SAS

Inicio del gran sueño

Érase una vez, en un pequeño rincón del mundo, una pareja con un sueño muy especial. Querían que los niños aprendieran a amar la lógica y las matemáticas de una manera divertida y con muchas aventuras.

Así que, después de mucho meditarlo finalmente en 2017 decidieron iniciar su propia aventura y fundaron LÓGICA-LÚDICA SAS.

Al principio de su jornada sentían como si estuvieran construyendo un castillo mágico. Cada día con mucha ilusión, ellos colocaban ladrillos con extraños símbolos grabados en ellos y forjaban herramientas con el fin de que los niños se interesaran por la programación.

El castillo se desmorona

Tiempo después las dificultades los llevaron por otros caminos, Lógica-Lúdica perdió su esencia e intentó fabricar software, ya que dudaron de su vocación y se aventuraron por caminos más "tradicionales y seguros", caminos que si bien es cierto además de permitirles obtener ingresos les permitieron mejorar sus habilidades como narradores aventureros, los apartaban del único y verdadero sueño.

Pero después de un tiempo sintieron que su castillo se tambaleaba, ya que sus cimientos: la magia, la narrativa y la fantasía al servicio de los más pequeños necesitaban que ellos retornaran a sus orígenes, a lo fundamental de sus sueños para no derrumbarse.

Reencontrando el camino

Mientras transitaban por caminos que los llevaban a la tristeza, una vocecita de inocencia y esperanza los ayudó a recordar su verdadera pasión: crear mundos y contar historias que inviten a grandes y chicos soñar.

Y así, con mucha ilusión, comenzaron a crear historias, diseñar juegos de mesa y videojuegos, así como toda clase de experiencias interactivas. ¡LÓGICA-LÚDICA SAS había encontrado de nuevo su camino!"

Una de nuestras historias

En la selva donde habían árboles frondosos con frutas de todos los colores y sabores habitaba Tommy, quien era un tigre muy especial. Le encantaba jugar, correr y rugir, pero había algo que le daba mucho miedo: el agua.

A pesar de vivir cerca al mar y de tener amigos que amaban nadar, Tommy nunca se había atrevido a sumergir su patita en el agua.

Su mejor amigo era Sam, un delfín muy alegre y juguetón. Sam pasaba sus días saltando entre las olas y enseñándole a Tommy todo lo que sabía sobre el mar.

-"Ven Tommy, el agua es muy divertida", -le decía Sam, pero Tommy solo lo miraba desde la orilla con los ojos muy abiertos.